Muchas gracias por seguir solicitando y dándonos ideas para las nuevas entradas de nuestro blog!!!
¿Qué es una rabieta?
Proviene de la palabra "rabia" y es porque el niño en el punto álgido de la rabieta puede presentar aumento de salivación y espasmos como los animales con rabia, su mandíbula estará tensionada y puede que grite muchísimo y que se golpee a sí mismo a los que le rodean.
Nos ha gustado mucho la comparación que hace Nacho Calderón en su libro: Educar con Sentido de algunas rabietas que son tan floridas que puede hacernos considerar la necesidad de un exorcismo. Pero no, en realidad no hace falta llegar a tanto... la única medida efectiva es LA PACIENCIA. Las rabietas se pasan y desaparecen casi por completo con la edad (aunque no en todos los adultos han desaparecido, jejejeje).
Las rabietas son una parte no sólo frecuente, sino normal del desarrollo entre los 18 meses de vida y los cuatro años. Lo normal es que las rabietas se desencadenen porque el niño no consigue algo que quiere.
¿Como actuar ante una rabieta?
La verdad es que lo primero es intentar evitarla y sabemos que los estudios de marketing están bien hechos y las chucherías están colocadas en la cola de la caja del supermercado, por lo tanto, lo mejor es adelantarse y antes de ir al supermercado decirle al niño: “Cariño vamos a la compra. Mamá no puede estar comprando cada día chuches porque no son buenas para tu barriguita, así que solo elegiremos una cosita".
Otras veces no es el momento de desencadenarla porque no tenemos tiempo o porque no es el lugar y antes de seguir adelante con ella debemos preguntarnos si es más importante la ropa que quiere ponerse, el caramelo o la pelota que quiere llevar ... Y si no es lo suficientemente importante podemos ceder en esa ocasión. Aunque eso sí, siempre que el niño no se dé cuenta de que estamos cediendo ante sus caprichos... Por ejemplo mi hijo siempre quiere dormir con un pijama de Rayo McQueen, yo lo sé y como no quiero que ese día porque tengo una cena importante esté enfadado, pues le preparo su pijama de Rayo McQueen. Ahora si ya le he puesto el pijama de Spiderman y le he dicho que no una vez al de Rayo McQueen, tendría que ser consecuente y aguantar lo que se viene encima....
Una vez que ya la tenemos encima os proponemos esta opción: más o menos textual el capítulo del libro, mezclado con las anotaciones de una charla a la que asistimos del psicólogo Nacho Calderón hace unos años... La verdad es que hemos puesto en práctica esta manera de actuar y ¡es súper-efectiva!
1. Cuente hasta 10. y si ya tenía un mal día hasta 20. Para que nuestra respuesta sea reflexiva y no irracional. Normalmente estamos en medio de una reunión familiar, o en medio del supermercado... si no fuera con público la rabieta no tendría sentido.
Muchos padres viven esta etapa con mucha ansiedad porque piensan que es una forma que tienen sus hijos de rebeldía, tomarles el pelo y desobediencia. Nada más lejos. En estas conductas del niño no hay ningún sentido de “ponernos a prueba” ni hay ningún juego de poder entre medio (bueno a veces los padres sí que se lo toman como tal, pero el niño nunca pretende “desafiar” al adulto, solo hacer cosas diferentes a sus padres). Si el niño lleva la contraria a sus padres es para comunicarles algo muy importante: “¿lo ves?, me hago mayor. ¡Yo no soy tú!. Puedo querer, desear y hacer cosas que tú no quieres”.
2. Encontrar otra cosa que le distraiga que normalmente le guste...Intentarlo sólo una vez.
3. Si no ha conseguido distraerle ... puede intentar disuadirle: intentando convencerle de que en ese momento no puede tener o hacer lo que pide. Sólo una vez, no pierda el tiempo, si el niño quiere dejarse convencer lo hará a la primera.
4. Siéntese a esperar a que se le pase y a no ser que el niño ponga en riesgo su vida, mejor que no intervenga en el proceso, ni siquiera hable.
5. La mayoría de las veces siguiendo estos cuatro pasos anteriores los niños salen del bucle pero en otras ocasiones les resultará difícil. En una situación así el niño ya no puede salir de la rabieta, muchas veces ya ni se acuerda ni del desencadenante de la misma... en este caso los padres debemos coger las riendas de la rabieta y abrazarle y mecerle hasta que se calme (en este momento puede que el niño nos golpee o nos muerda, pero no debemos tenerlo en cuenta. “Quiéreme cuando menos me lo merezca porque será cuando más lo necesite”
¡¡Ah!! Y muy importante una vez que el niño ha salido de la rabieta ¡no debemos volver a nombrar el motivo que la causó! Nos olvidaremos del caramelo que quería comer o la pelota con la que quería jugar...Debemos pasar a una actividad distinta o dejarle dormir (porque en muchas ocasiones están tan cansados que se quedan completamente dormidos tras la rabieta). Lo importante es que tras la rabieta los padres olvidemos lo que la produjo y los niños no se haya salido con la suya, se queden con la lección de que por las malas no van a conseguir nada.
Os recomendamos a todos que compréis los libros de este Psicólogo Clínico, Nacho Calderón que trabaja y dirige el Instituto INPA, si tenéis opción de escucharle algunos miércoles a las 10:00 de la mañana que colabora en la Cope Radio no dudéis en hacerlo... Todas las veces que le hemos escuchado siempre hemos salido con alguna lección aprendida... Además tiene un blog: Educar con sentido que es uno de nuestros blogs de cabecera. Alguna de nuestras lectoras nos habíais pedido que habláramos de él en nuestro blog porque realmente merece la pena conocerlos para tener un referente en Psicología y en Educación.
Espero que os sean de toda la utilidad del mundo estos 5 pasos para superar una rabieta.
Espero que os sean de toda la utilidad del mundo estos 5 pasos para superar una rabieta.